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Lucy Henríquez nació en el Surgidero de Batabanó siendo la hija del querido alcalde del Pueblo, el Dr. Luis Napoleón Henríquez, médico que dedicó todos sus esfuerzos en alentar a su hija en todos los propósitos que ella deseaba encontrar.
Fue una gran deportista en tenis y squash, donde ganó infinidad de premios. Entre sus premios, de los cuales conserva y que fue lo único que pudo sacar de sus trofeos al salir de Cuba, se encuentra la medalla de oro del Round Robbin Nacional de tenis que ganó a la edad de 16 años.
Pero su verdadera vocación estaba en el arte, siendo graduada de San Alejandro, la prestigiosa institución cubana que tantos buenos pintores y escultores produjo para gloria y beneplácito de los cubanos.
Ella fue graduada de dibujo comercial en el Colegio Garcés siendo su profesor Walfrido Aparicio, gran dibujante de la prensa cubana. Trabajó en el giro comercial por varios años, aunque su verdadera vocación estaba en los óleos que llego a terminar y vender exitosamente en las galerías cercanas a la Catedral de la Habana, vendiendo sus cuadros a grandes personalidades entre las cuales se halló la afamada artista americana Eartha Kit.
Cuando la revolución triunfó, estando casada con el actor y cantante cubano, Salvador Levy que había logrado colocarse en los primeros lugares, llegando a obtener el título de Mr. Televisión en el año 1954, se vio presionada por el sistema y decidió abandonar el país en compañía de su esposo e hijo.
Pero dada la notoriedad de Salvador Levy, fueron devueltos del aeropuerto a la hora de embarcar en tres ocasiones. Esto los hizo tratar de alcanzar la libertad por medio de una lancha que en realidad estaba preparada por el mismo gobierno para capturar a los que trataban de abandonar el país clandestinamente.'
Atrapados en la playa a la hora de supuestamente embarcarse en la aventura, fueron detenidos y enviados a prisión.
Lucy fue liberada después de un mes en prisión y su esposo, Salvador Levy fue condenado a seis años de prisión.
Mientras el esposo cumplía prisión, a instancias de éste, abandonó el país con la esperanza de poder conseguir una visa para su esposo cuando éste saliera de la cárcel.
Transcurridos los seis años, su esposo, Salvador Levy, fue liberado después de cumplir la sentencia impuesta.
Llegados a los Estados Unidos, después de estar un año en New York, decidió mudarse en compañía de sus seres queridos hacia la Isla de Puerto Rico.
Allí, después de muchos esfuerzo, volvió a tomar su vocación y creó varios cuadros que llevó a las galerías de Puerto Rico, siendo requerida por las entonces Galerías Redondo, una de las mejores situadas de la Isla, ya que estaba localizada en la Plaza de las Américas que era el lugar de más afluencia de público de San Juan.
No dejó de sentirse inmediatamente la expresión artística de Lucy y la preferencia de los que acudían a comprar obras de arte a dicha galería, llegando a tener una exposición permanente en el lugar más privilegiado de la galería.
Allí vendió múltiples lienzos en óleo, siendo contratada por Galerías Redondo para laminar a todo color algunas de sus obras que fueron rápidamente de la preferencia del público.
Presionada por la ausencia de sus dos hijos que decidieron mudarse para la Florida, recogió velas y se asentó en la ciudad de Miami, donde hasta el presente está decidiendo dónde colocar las obras que ha logrado realizar últimamente.
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